15 de febrero de 2015

Cronologías

Pasaré el viernes en casa y no sentiré compasión de mí. Ni de los que están como yo. Bueno de ellos un poco. Al fin y al cabo no se nos ha perdido nada fuera. Ya hemos estado ahí antes. Y no había nada para nosotros. Inmune a los cambios y a la tristeza. Aprendimos que no sentir era mucho mejor. Cuando vendimos el alma a cambio de nada.

Y ya es sábado. Y tampoco vamos a salir. Vamos quedarnos todo el día en el sofá. Ni pondremos la televisión. Podemos leer. Que es mucho más romántico. Y beber vino en copas que no abarcan tu mano. Todas las chicas tienen el corazón roto. Y si no, es que no tienen. Algo así pensaba. Tienes suerte de saber transformarlo todo en trozos de canciones. Y de dramas. Y a veces hasta oyes a los demás romperse o bailar contigo. No sabes quién te trajo esa botella de Whisky.

 el domingo, te dolerá la cabeza pero parecerá que ha pasado la tormenta. Siempre habrá alguien que diga en los medios que os volvisteis locos. Que de tantas vueltas que disteis a la vida, dejasteis de entenderla. Y los domingos por la tarde creerás que tienen razón. Y solo porque ya no te da tanto miedo la muerte. No como a ellos. Los que ni siquiera saben que están vivos. Que absurdo piensas. Te relames. Y ya es casi lunes. El rojo te queda bien en las uñas y los labios. Y todo el mundo odia los domingos por la tarde. Aunque te recuerdan tanto a ti, que empiezan a gustarte. Hay que comprar queso. Y cambiar las sábanas. Ya es hora de dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.