29 de enero de 2015

Lo curas

Siempre será tu canción más triste. Siempre querrás rescatarle y ella que no lo hagas.
No podrás olvidar esa sonrisa como de pedir perdón por seguir viva. Siempre será tu melodía ahogada, tu canción sin terminar. Y por eso nunca podrás deshacerte de ella, no podrás dejarla ir, porque es demasiado pegadiza como para poder quitártela de la cabeza. Así que deja de intentarlo, porque no tienes opciones. 

Es mucho más lista que tú, es increíblemente bonita
. Es más dulce de lo que jamás merecieras probar. Y da igual las veces que haya muerto antes. Porque al final siempre sale a flote y vuelve, aunque sólo sea, para recordarte que es mucho mejor que tú. Que estáis en mundos totalmente paralelos por lo que jamás podrán encontrarse. 

Ella es sensible y tú mezquino. Ella sabe que eres poco para sí, y tú también. Pero por algún error del universo, os encontrasteis nadando en la misma agua. Bailando las mismas canciones tristes y saltando las mismas olas. Por algún error, ella se fijó en ti, desde el epicentro del torbellino, y por ese mismo error tú también la viste, ignorando todas las señales que te indicaban claramente que no lo hicieras. 

Y sabes que te va a volver loco, que vas a desear no haberla sacado de allí, doce veces al día, justo una por cada absurda discusión. Pero no lo puedes evitar. Porque hay mar de fondo y la corriente os arrastra. Y eso no se puede esquivar. 

Y sabes que tu destino será matar esta vida con ella. Porque te encanta que te vuelva loco. Que sea impredecible y no sepas que dirá un segundo después. Que no sepas cuál será su humor ese día. Y cuánto más enfadada, más te gusta. Eso sí lo sabes. 

Sabes que te gusta más un mal día con ella, que infinitos sin. Y por eso da igual lo que pase, porque no hay ninguna solución. No importa las veces que te arrastre hasta el fin, porque está enganchada a esa adrenalina. A esos segundos en los que oye pulso, y justo por saber que está a punto de morir, sabe que está viva. Y sabes que no es sano, que no es sana. Que esa locura algún día os destruirá a los dos, pero es que ya no puedes hacer nada. Te atrapó con su canto triste y ahora tú también te has enganchado a él, y a esa adrenalina. Y a esa sensación de oír sus latidos y por eso saber que tú también estás vivo.

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