Pequeños suicidios que se acontecían a diario.
Tazas aún llenas en bares vacíos y humo saliendo de las chimeneas. Gatos negros paseando por azoteas en las que no anochecía nunca.Entre miedos absurdos y silencios extraños. Viendo restos de humanidad. Perdidos. Añorando.
Qué bonito... y extraño.
ResponderEliminarSigue escribiendo de ésta forma, a algunas nos regalas respiros para el alma ;)
Besitos!
Para bonita, tú.
ResponderEliminarSon suspiros míos, también :P Gracias